¿Cómo funcionan los molinos de carne y qué hacer con ellos?
El primer molino de carne fue fabricado por el alemán Karl Drais, el mismo inventor de la bicicleta, en el siglo XIX. Era un molino manual que sin embargo ayudaba a agilizar el trabajo de cortar carne que, hasta entonces, se realizaba con el cuchillo. El funcionamiento de un molino de carne (o moledora de carne) consiste en un sinfín (o gusano) que, mientras gira dentro de un cabezote o cabezal, arrastra el producto alimenticio hacia una cuchilla que gira contra un disco: la cuchilla corta el producto y el diámetro de los orificios del disco determina la dimensión del producto cortado.
Los molinos de carne industriales son una evolución del invento de Karl Drais y están diseñados para el procesamiento de altos volúmenes de producto. Generalmente son equipos eléctricos dotados de motor y reductor de engranajes, están construidos en acero inoxidable, la unidad de molienda (compuesta por el cabezote, el sinfín o gusano y la tapa) puede ser de hierro estañado o, en los equipos de mayor calidad, de acero inoxidable; también están equipados con una tolva de alimentación profunda, un protector de seguridad en la zona de alimentación (según el modelo) y un interruptor para el encendido (algunos con reversa); además pueden tener sensores de seguridad que inhabilitan el encendido del equipo si la tolva no está puesta correctamente.
Los molinos de carne industriales combinan la mejor tecnología con materiales aprobados por las normas sanitarias de los decretos 1500 y 3075. Su funcionamiento está pensado en la alta rentabilidad, ya que con un solo operador se pueden moler desde 75 hasta 2.000 kg por día según el modelo. Todo esto unido a sistemas altamente seguros basados en protectores en la zona de alimentación del molino de carne, reductores de larga vida, sensores de seguridad y protectores térmicos.
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